miércoles, 23 de abril de 2008

BAJO EL SUELO DE KEOPS



Pasadizos secretos bajo la Gran Pirámide

Algo que llama la atención al observador atento es el hecho de que algunos grabados (a los que los investigadores actuales no parecen haber hecho mucho caso por ser de época romántica, tan proclive a imaginación y leyendas), describen gráficamente, y con toda precisión, estancias aparentemente subterráneas y pasadizos que no se identifican con lo actualmente conocido. La zona, según las anotaciones de los artistas que hicieron los dibujos, es la de Giza. El testimonio de estos dibujos parece confirmar la leyenda de que algo se esconde en túneles y estancias bajo las grandes pirámides. Claro que quizá no sea leyenda y sí las indiscreciones de los habituales ladrones de tumbas que, muy a menudo, todavía en nuestros tiempos, tienen más éxito en su búsqueda que las excavaciones oficiales. No voy a hablar más de estos personajes, como los El-Rasoul y otros menos insignes pero no menos eficaces. Pero si apuntar algo de lo que se ha encontrado y lo que puede estar bajo las pirámides de Giza. La cámara del caos, el pozo bajo la gran pirámide y los pasadizos de Giza. Se ha especulado mucho, y sobre todo, con los misteriosos túneles bajo la esfinge y las pirámides. Sin embargo creo que incluso la aparición de más pasadizos o cámaras no revelaría (aparte de la posibilidad de encontrar objetos) nada relevante ya que las pirámides, las Giza y casi todas las demás, hoy las vemos así, pero en su época eran una simple parte (aunque importante) de un complejo religioso. Para entendernos algo así como un monasterio, con su gran iglesia, su campanario y su cementerio. Eso nos ayudará a comprender algunas confusiones, ya que el fin de la pirámide no era en exclusiva el servir de tumba, sino ser un centro religioso. Eso explica las diversas cámaras, sarcófagos vacíos, etc. Eran como el baptisterio, la cripta y las capillas de una de nuestras catedrales. Los ritos que en ellas se celebraban ya podemos conocerlos en parte, esperemos que nuevos descubrimientos nos permitan conocerlos a fondo.
Para muchos esto es quizá una novedad ya que a pesar de lo importante que resulta no tuvo la difusión acorde a los grandes acontecimientos científicos. Ya desde el 1500 a.C., según algunos registros, se hablaba de cámaras secretas debajo de la Esfinge y en la Gran Pirámide. Los egiptólogos del siglo XIX habiendo estudiado varias tablas y libros nos hablaban de cámaras secretas y de la “Sala de los Archivos”, remontándonos a una edad mucho más antigua de lo que se cree. Corría el año 1991 y dos científicos, luego de arduos estudios e investigaciones, concluyeron que la edad de la Esfinge era superior a los 12.000 años. El Dr. Robert Schoch (Profesor de Geología de la Universidad de Boston, EE.UU.) y el egiptólogo John West concluyeron que las profundas fisuras que se pueden observar hoy mismo no son producto de la erosión de arena y viento, sino de agua de lluvia y remontan a los 10.500 a.C. Dos científicos derribarían por completo los principios de la cronología egipcia y los orígenes de la civilización. Gran revuelo se armó al difundir esta noticia, que la Esfinge era anterior a la era dinástica. Sin embargo, la profundidad de las grietas y fisuras producidas por el fluir del agua, nos remontan en base a evidencias climáticas y geológicas, aportadas por rigurosos estudios científicos, a esa fecha que más tarde se repetiría también para la Gran Pirámide.Ese mismo año, el sismólogo Dr. Thomas Dobecki descubre realizando pruebas acústicas alrededor de la Esfinge una gran anomalía de forma rectangular bajo la pata derecha de la Esfinge. Sus dimensiones bastante grandes, de 9 por 12 metros y de unos 5 m de profundidad. Su forma rectangular, descartaba ser una cavidad natural y “pareciera estar hecha por el hombre” en palabras del propio Dr. Dobecki, quien dejó en claro que estaba buscando allí evidencias de “una civilización perdida y una cámara secreta bajo las patas de la Esfinge”. Años más tarde, las investigaciones continuaban. Numerosos arqueólogos y científicos realizaban diversas investigaciones, algunos de ellos “a escondidas” para el público en general. Entre 1995 y febrero de 1997, usando un sofisticado escáner se confirma la existencia de una “cámara” bajo la pata derecha de la Esfinge. Eran el Dr. Thomas Dobecki junto al Dr. Schor quienes descubrían no sólo esta cámara sino también un túnel que iba directo hacia la segunda pirámide. ¿Era esta la Sala de los Archivos? Lamentablemente el gobierno egipcio no autorizó a excavar en estos lugares como en otros tantos sitios donde se confirmó la presencia de distintas cámaras y túneles.Es así que en febrero de 1997 Boris Said utilizando el escáner del Dr. Dobecki descubre un nuevo túnel detrás de la Esfinge. La tapa tenía unos 45 centímetros de grosor y unos 2,5 metros por debajo de ella había un espacio de 2,5 metros de ancho con un techo abovedado, con una inclinación descendente de 25 grados en dirección a la Esfinge. Nuevamente el gobierno egipcio negaría los permisos para excavar…

martes, 22 de abril de 2008

El Arca de la Alianza y los templarios



Aunque algunos se hayan propuesto arrancar de raíz las páginas de la historia escritas por los Templarios, lo cierto es que la influencia de esta Orden en el desarrollo del esoterismo occidental es tan grande que ignorarla resulta una tarea estéril. En efecto, estos caballeros no sólo constituyeron una Orden religiosa y militar dedicada a la salvaguarda de los santos lugares en Oriente Medio, sino que también fueron los elegidos para llevar a cabo una misión secreta, una arriesgada tarea que al parecer cumplieron perfectamente, y que les proporcionó un profundo conocimiento esotérico que reflejaron en sus actividades. Esta misión fue la de rescatar el Arca de la Alianza en el que se hallaban las tablas que Dios entregó a Moisés en el Monte Sinaí. Este Arca, había sido desde los tiempos del rey Salomón, el centro del culto en el templo de Jerusalén, y como signo visible de la presencia de Dios en la Tierra, tenía la propiedad de abrir las puertas a un conocimiento oculto basado en el equilibrio cósmico de las proporciones. Estructuralmente, el Arca constaba de una caja de madera de acacia de cinco palmos de largo por tres de alto que se hallaba revestida de oro. Según se decía, de ella emanaba tal cantidad de energía, que podía dejar ciegos a aquellos que sin tener un alma pura, se atreviesen a contemplarla. Fue el jefe espiritual de los caballeros Templarios, Bernardo de Claraval, quien ordenó a sus fieles servidores que se dirigieran a los establos del templo del rey Salomón en Jerusalén y que derribaran las paredes que desde hacía siglos sellaban sus entradas. Dentro, se encontraron con el legendario Arca que contenía las Tablas que habían pertenecido a Moisés. Para la iglesia católica, en ellas sólo se encontraban impresos los mandamientos, por lo que su valor era puramente histórico, pero para algunos iniciados como San Bernardo, tenían un alto valor mágico y esotérico ya que en la grafía de sus palabras se encontraba la clave lexarítmica que permitía conocer los números que resumían las proporciones que regían el Universo.
San Bernardo sabía muy bien lo que hacía. En 1128 ya había interpretado la sagrada "geometría" que sustentaba el Templo de Salomón y conocía perfectamente tanto las relaciones existentes entre cifras y letras como el simbolismo de las formas, los colores y el sonido. Además del Arca, en el interior del recinto encontraron un fabuloso tesoro que de la noche a la mañana los transformó en dueños de una inmensa fortuna con la que poder materializar sus utópicas ideas de implantar el reino de Dios en la Tierra. Tales hallazgos, dieron la suficiente autoridad política y moral a Hugo de Payns, jefe de aquellos nueve caballeros, para trasladarse a Roma y allí pedir al pontífice Honorio II que convocase un concilio con el que conseguir el reconocimiento oficial para la nueva Orden.
La devoción que tenían los caballeros de la Orden por la Virgen y por la arquitectura, hizo que numerosas construcciones dedicadas a Nuestra Señora fueran apareciendo a lo largo y ancho del continente. Dueños de una enorme riqueza amasada gracias a las donaciones de monarcas, nobles y señores feudales, pudieron aquellos caballeros sufragar sin ningún problema los enormes gastos que las catedrales generaban, organizando además las primeras cofradías de constructores o hermanos maçons.
Casi todos los especialistas, están de acuerdo en que fueron los cristianos de oriente, los judíos y sobre todo los sufíes musulmanes, quienes dieron a los templarios las pautas necesarias para elevar sus monumentos. La orientación fue una de estas pautas. Del mismo modo que la esfinge de Gizeh se sitúa al este de las pirámides, también los campanarios de las iglesias templarias suelen encontrarse en esta dirección. Por otra parte, el principal modelo a seguir en las plantas de las construcciones fue la octogonal que procedía originalmente del templo de Salomón. Aunque este tipo de planta se alternó con la rectangular, fue el octágono, transformado en un círculo perfecto en el interior, el símbolo esotérico más importante de sus construcciones. Este círculo, uno de los esquemas más ancestrales del Cosmos, constituía un espacio idóneo para realizar operaciones mágicas y rito iniciáticos. Otras de las influencias presentes en su esoterismo provienen de la gnosis. En efecto, los templarios compartieron con los gnósticos la idea de que los templos eran símbolos del misticismo universal. Ningún edificio se realizaba al azar. Todos ellos se encuentran emplazados en lugares en los que las energías telúricas del subsuelo generan un circulo invisible que envuelve al sujeto que penetra en el interior. En el fondo, esta energía es esencialmente la misma que la emanada del Arca de la Alianza ya que como afirma Laurence Hardner éste "se revelaba como un poderoso condensador eléctrico construido en maderas resinosas y forrado interior y exteriormente por una doble cobertura de oro que generaba un voltaje suficiente para matar a una persona. También el Arca era un amplificador de sonido con sus dos querubines magnéticos flanqueando el trono de la misericordia en el que Moisés se sentaba para comunicarse con Dios".

lunes, 21 de abril de 2008

Nostradamus y la Capilla de los Vélez

Parece como si las antiguas hermandades de constructores hubiesen querido dejar huellas e indicios claros de un supuesto legado sagrado y hermético, y la forma más directa de expresarlo era reflejándolo en las imágenes de piedra de los templos. Las comunidades iniciáticas de constructores son una de las principales vías de transmisión de la iniciación venida desde el Egipto faraónico hasta los hermanos constructores de la Edad Media. Estos elementos herméticos los podemos constatar en muchas catedrales, pero en nuestra investigación nos remitimos al simbolismo de la capilla de los Vélez en la catedral de Murcia.
Alfonso X tan devoto era de la Virgen, que en su testamento, mandó que su cuerpo se enterrase en Santa María la Real de Murcia, no fue enterrado aquí sino en Sevilla, aunque sus entrañas se llevaron a Murcia, y se guardaron en la catedral junto al altar de Santa María.
Al adentrarnos en la catedral por el pórtico de la fachada principal, hacia la izquierda encontramos la imagen de la Virgen de la Inmaculada, y sobre el cerco que la cubre podemos leer la siguiente inscripción: "Non nobis, Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam". Quién dispuso esta divisa sobre la Virgen, ¿qué quiere indicarnos?. ¿porqué la divisa del Temple?.
La capilla de los Velez es una construcción octogonal rodeada por una gran cadena de piedra que rodea los muros exteriores. La enigmática cadena de la capilla posee un simbolismo y un sentido oculto que es fácil adivinar. Esta cadena compuesta por anillos engarzados unos con otros, sirve para unir, pero también para transmitir la "tradición" a través del tiempo, de una época a otra. Algunas ordenes iniciáticas adoptaron este símbolo como emblema de garantía de continuidad.
El investigador Ciro Mucelli, quedó sorprendido durante una visita a esta capilla, a causa de ciertas particularidades de su arquitectura que pertenece, según él, a una especie de cábala de imágenes. Desde su punto de vista, este edificio, cuya construcción data del siglo XVI (fue terminado el 15 de Octubre de 1507) guarda el más preciado tesoro de Occidente, quizás el Santo Grial.
La capilla de los Vélez , según Ciro Mucelli, estaría explícitamente mencionada en la XXVII cuarteta de la Primera Centuria de Nostradamus, como si ocultara algún precioso objeto de origen enigmático:
Dessous de chaíne Guien du Ciel frappé
Non loing de lá est caché le trésur.
Qui par long siêcles avoir esté grappé,
Trouvé mourra, l´oiel crevé de sessor.
De interpretación difícil, como toda la profecía de Nostradamus, la traducción resulta aún más dificultosa. De todos modos, una versión literal sería esta:
Bajo la cadena Guien del Cielo atormentado
No lejos del lugar está oculto el tesoro
Que tras extensos siglos de haber estado atado,
Morirá si se encuentra con el ojo saltado.
Ciro Mucelli parece inspirado al establecer una relación entre los motivos de la decoración exterior de la capilla de los Vélez y la cuarteta 27 de la Primera Centuria de Nostradamus . Vió, en efecto, la magnifica cadena de piedra esculpida que rodea el monumento octogonal. Esta cadena cincelada eslabón a eslabón, es obra de "un escultor a quien le sacaron los ojos una vez finalizado el trabajo". El material que hizo posible el logro de esta verdadera obra maestra fue extraído de una cantera situada en la carretera que une Murcia con Cartagena, no cerca del conocido Puerto de las Cadenas.
Según el señor Mucelli: "Bajo la cadena Guien del Cielo golpeado", se puede interpretar como "debajo de la cadena del perro", pues al parecer "guien" significa "perro". Pues bien, en uno de los muros de la capilla, hay dos figuras en un nicho que sostienen un blasón. Los dos adoptan actitud simbólica: uno toca con la mano izquierda un perro, esculpido en el escudo de armas, y el otro, con gesto idéntico, acaricia un lirio, la flor de la Virgen, la flor del cielo.
La bóveda de la capilla tiene forma de estrella de diez puntas, su homologa la catedral francesa de Moustiers-Sainte-Marie, también posee esta estrella de diez puntas y la cadena sagrada. Dentro de la iconografía simbólica, la estrella designa por igual la concepción y el nacimiento hermético, la transmutación de lo es en lo que va ha ser.
¿Está el Grial en la capilla de los Vélez?. El problema está planteado y el descubrimiento de Ciro Mucelli queda expuesto como una hipótesis bastante atractiva.